Danielys Herrera: Aterrizando en un nuevo hogar

"compensa mucho el hecho de poder ayudar económicamente con algunos gastos"

El venezolano salía al exterior de vacaciones, a trabajar o a estudiar y de nuevo regresaba a su país. No sabían lo que era emigrar. Hasta que les tocó, y vaya forma de vivirlo.

 

Migrar es arriesgarse, cambiarlo todo, girar la brújula, echarse a andar. A propósito del Día Internacional de la Mujer, El Termómetro Digital cuenta con sus palabras la historia de Rhaiza Danielys Herrera Mármol, una joven venezolana, profesional que migro a Uruguay, un testimonio de los millones existentes.

 

Así Comienza el relato

Inicialmente yo estaba sacando la visa para irme a Chile, pero tenía muchos retrasos. En medio de la preocupación hablé con un amigo que venía a Uruguay y me comentó que estaba a la orden si quería viajar con él. Otro amigo me comentó que ya vivía acá y me dijo cómo era la vida, qué debía traer (papeles), cuánto dinero y por supuesto me habló del tema laboral.

 

En vista de que la visa a Chile fue rechazada, tomé la decisión de irme a Uruguay. Apostillé mis papeles y emprendí el viaje con mi amigo y su esposa.

 

Salimos de Caracas a puerto Ordaz en avión. Allá nos esperaba una familia que contratamos para el viaje.

 

Salimos a las 4 am por carretera hasta la frontera con Brasil. Sellamos nuestros papeles y llegamos a Boa Vista. Ahí nos quedamos una noche.

 

Aprovechamos de ir a un centro de vacunación y nos pusieron la de la fiebre amarilla.

 

A la una de la mañana nos fuimos al aeropuerto y tomamos vuelo hasta Brasilia. Ahí esperamos tres horas y luego otro vuelo hasta Porto Alegre.

 

Ahí comimos y pasamos el día hasta que en la noche nos fuimos al terminal de autobuses y tomamos uno hasta Montevideo

 

En mayo cumpliré dos años en Montevideo

Soy ingeniero en computación, tengo un máster en ciencias penales y criminalística. Mi primer trabajo en Montevideo fue en INDT (Instituto Nacional de donación y trasplante de órganos). Fue un contrato pequeño de 6 meses. Ahí trabajé como programadora web diseñando un pequeño sistema para llevar un control interno de procesos.

 

Mi contrato terminó en abril, cuando estalló la pandemia y empecé un pequeño trabajo freelance como transcriptor de audios.

 

En julio empecé a trabajar en una empresa desarrolladora de software. Ahí cumplo varias funciones, testing (yo soy quien hace pruebas a las aplicaciones), pre venta y Post venta de un software llamado MiTrabajo y me dedico un poco al marketing del producto.

 

En Julio cumpliré un año en la empresa. Paralelamente estuve trabajando en redacción de recetas de cocina para una empresa de Puerto Rico. He tenido la oportunidad de realizar un curso de estrategias en redes sociales.

 

Así que básicamente, en el aspecto laboral, siempre he estado en mi área: la informática

 

Mucha nostalgia

Me afecta no tener a mi familia cerca, sobre todo en fechas importantes como cumpleaños y navidad, pero compensa mucho el hecho de poder ayudar económicamente con algunos gastos.

 

 A los migrantes

Les aconsejo que siempre den lo mejor en sus trabajos. Aunque piensen que los explotan, den lo mejor. Las cosas siempre mejoran, no a la velocidad que uno quiere, pero mejoran.

 

Según información obtenida por El Termómetro Digital, hay venezolanos en más de cien países. La diáspora es la más grande registrada en la historia contemporánea de América Latina.